martes, 21 de diciembre de 2010

De las extraños compañeros de viaje


A medida que vamos avanzando en este largo camino (o corto, según se mire) que es la vida, van apareciendo nuevos compañeros de viaje. Algunos caminan con nosotros tan solo unos pasos, otros nos acompañarán ciertas etapas, y puede que con suerte, encontremos alguno que nos acompañe durante gran parte del recorrido.

Todos ellos tienen la misma importancia, pues todos ellos cumplen su función y nos aportan algo. Pese a esto, hay ocasiones en las que nos cerramos, o más bien les cerramos las puertas, para que no se acerquen a nosotros. No les dejamos caminar a nuestro lado, ya sea un metro o una milla, simplemente los alejamos.

Puede que esto sea un error, o puede que no, quién sabe, el caso es que hay gente que tiene fuerza suficiente para quedarse, que aguantan el chaparrón y nos acaban demostrando que nos equivocamos. Otros en cambio se marchan y les perdemos, nos perdemos aquello que tenían para aportarnos, al igual que ellos se pierden lo que nosotros teníamos que aportarles a ellos...

Por desgracia creo que esto último es lo que más sucede en el mundo actual, no tenemos tiempo para nada, ni tan siquiera para conocer gente que verdaderamente tenía cosas que aportarnos.

3 comentarios:

aspid dijo...

hay quien se conforma con creer que se conoce a sí mismo.

S. dijo...

Cuanta razón llevas...Bueno podemos conocernos nosotros

Oscuro dijo...

Hay quien se conforma con poca cosa Bastet.

Si tú quisieras...