jueves, 25 de agosto de 2011

Amistades lejanas


Este año que llevo viviendo fuera de España ha servido para reforzar mi amistad con ciertas personas, pero también ha servido para que otras se alejasen de mí.

No puedo decir que sea una persona especialmente atenta con los demás, no suelo estar muy encima, pero pese a ello procuro escribir de vez en cuando. Este año "me esforcé" especialmente en esto, en prestar más atención a mi gente en España (y en el mundo), para que la distancia no supusiese el olvido. Como decía antes, con resultado desigual.

En general no me gusta mucho "dar el coñazo". En cuanto noto que alguien está ocupado, distante o cualquier situación similar, soy más proclive a dar un paso a un lado para así "no molestar" con mi presencia, por lo que me quedo en un segundo plano.

Así estamos, con gente que se ha acercado y con gente que se alejado, pero como siempre, la vida sigue y aquí también he encontrado una nueva amistad.

Soltando lastre



Hay momentos en la vida en los que hay que soltar lastre, liberarte de cosas del pasado a las que te aferras, en ocasiones de un modo inconscientes, aunque en otras, de un modo muy consciente.

Hoy ha sido para mí uno de esos días.

Y es que, aunque uno pueda parece un "tipo duro", poco dado a sentimentalismos, en realidad no es así, o, al menos, no es del todo así, tengo mis momentos, especialmente con ciertas personas. Tiendo a conservar mensajes, entradas de sitios, cosas de ese tipo.

Hoy me he librado de una buena parte de ello, así que mi bolsillos están un poco más vacíos.

viernes, 19 de agosto de 2011

Pasos en las sombras


Caminaba calle abajo.

Su única compañía era el propio eco de sus pisadas. Ese sonido le tranquilizaba, le encantaba sentirse arropado por él. Hacía tiempo que había conseguido controlarlo, podía evitar hacer el más mínimo ruido mientras se escurría entre la gente, de hecho, con suma frecuencia lo hacía, sobre todo cuando las calles estaban repletas.

Ahora no era el caso, la calle estaba completamente vacía. La luz tenue de las contadas farolas que salían a su encuentro proyectaba una sombra alargada de su propio yo, tan falsa e irreal como la que a él mismo le gustaba proyectar frente a los demás. Los edificios mostraban colores pálidos, apagados, sin más decoración que el brillo de las velas presentes en una de las ventanas que encontró en su camino.

La lluvia hizo acto de presencia, parecía ansiosa de acompañarle. Al principio él se dejó acariciar, besar suavemente por su frescor, y mientras caminaba la brisa húmeda mecía su cabello. Pero la lluvia se volvió avariciosa, quería más, no le bastaba una caricia e intentó cubrirlo con sus brazos. Sin duda para él no era el momento, así que con un gesto se desembarazó de ella y la alejó.

Caminó durante un tiempo indeterminado, con la tranquilidad de aquel que sabe que está seguro, que nadie puede tocarle si él no lo desea. Del mismo modo, caminó sin prisa, de la forma en que sólo lo pueden hacer aquellos a los que nadie espera. No tenía un sitio al que ir ni un lugar al que regresar, por lo que no merecía la pena moverse deprisa.

Sus pasos acabaron por llevarle a una puerta, una puerta grande, de madera, con cierta ornamentación que le resultaba pertubadoramente familiar. Ya había visto esa puerta antes, pero ¿cuándo? Mientras dejaba vagar su mente intentando recordar, a un lado de la puerta se iluminó un extraño dispositivo. Una serie de símbolos aparecieron, refulgían con un tono azulado y presentaban, lo que a todas luces debía de ser el modo para abrir la puerta.

No había duda, se encontraba, después de mucho tiempo, ante un nuevo acertijo...

jueves, 18 de agosto de 2011

Dolor de garganta


Resulta que la garganta es mi punto débil, mi talón de Aquiles.

Lo cierto es que ha sido así toda mi vida, o al menos, desde que tengo memoria. En cuanto me descuido un poco las amígdalas se me irritan y, dependiendo del grado, me da fiebre.

Supongo que lo razonable sería ir al médico, a mucha gente se las quitan y santas pascuas, pero como en mi familia tenemos poca costumbre de visitar a los "matasanos" pues con ello vivo.

La verdad es que no me supone mayor problema, siempre que me cuide de no beber cosas frías mi salud no se resiente, y aunque lo haga, por un par de día con dolor de garganta tampoco se muere nadie.

Todos tenemos nuestras debilidades supongo... pues esta es la mía.

viernes, 12 de agosto de 2011

Planes


No entiendo a la gente que se empeña a en hacer planes. Hacen planes, los rehacen, los cuadran y los descuadran.

Planifican su día, planifican su semana, su año y todos los años que les restan por vivir. Ya tienen pensado lo que quieren que digan en su funeral.

No puedo entenderlo.

Desperdician su tiempo planeando hacer cosas en lugar de simplemente haciéndolas.

No sé dan cuenta de que la vida puede cambiar en menos de un latido y que todos esos planes no sirven para nada.

viernes, 5 de agosto de 2011

Tiempo

Me falta tiempo, los días no son los suficientemente largos para mí. Los veo pasar como aquel que ve pasar los árboles situados a los lados de las vías del tren...