sábado, 27 de noviembre de 2010
Sin riesgo no hay victoria
Pero qué amarga es la derrota...
Sigo sufriendo mi mal karma, sabía que tarde o temprano ocurriría. El tiempo de ajustar cuentas llegó, y ahora en ello andamos.
Pese a todo, no todos son sombras en mi vida, también hay alguna luz, será esa luz la que me guíe entre este mar de tinieblas.
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3 comentarios:
Mientras hay luz, hay esperanza... dicen.
Maldito Karma que nunca se cansa de perseguirnos.
O mientras hay vida, jejejejeje.
El karma nos da lo que nos merecemos, ni más, ni menos.
Un saludo
Pues como yo me merezca estar mala con el estómago....algo malo habré hecho no?
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