martes, 6 de abril de 2010

Ida, vuelta y reencuentro


No sé si os he hablado alguna vez de mi pueblo, francamente no lo recuerdo, así que si lo hice, pues lo vuelvo a hacer.

Mi pueblo es un lugar que no tiene nada, por no tener, no tiene ni habitantes (como mucho vivirán allí 5 personas o así). Aparte de estos pequeños detalles, lo tiene todo. Tiene arroyos, tiene montañas, tiene árboles y tiene muchos caminos que recorrer, pero sobre todo, lo que tiene es que me da la oportunidad de reencontrarme a mí mismo.

Tuve tiempo de leer, un libro del que sin duda hablaré más adelante en alguna entrada, puesto que trata de alguien muy importante para mí. Gracias a la lectura, como dije antes, tuve tiempo de pensar y de ver qué andaba mal en mi vida. Ultimamente me sentía extraño, había algo que rompía mi equilibrio, algo que me sobraba totalmente.

Resulta curioso cómo nos quedamos cosas de los demás sin darnos cuenta, pequeños o grandes rasgos de su personalidad que adoptamos como nuestros propios. Pues algo de eso me sobraba, una parte no demasiado honorable que había tomado sin yo notarlo siquiera.

Por fortuna, las cosas igual que vienen, se van, y ahora me encuentro mucho mejor.

Espero que todos pasaseis una gran Semana Santa.

7 comentarios:

VERONICA dijo...

Me encantaría patearme tu pueblo...contigo a ser posible, claro. Y ¿cómo es eso? ¿se te pegó algo de alguién o algo así y ni te diste cuenta? Explícate un poquito, que me he quedado en ascuas.

Un besote.

S. dijo...

Adquirimos rasgos de otros casi sin darnos cuenta "Todo lo malo se pega"dicen.
Un día tienes que contarme cual es ese pueblo.Quizas huela a ti.

Oscuro dijo...

Pues poco podríamos patear Verónica, jejejejeje, porque ir de una punta a otra no creo que lleve ni 3 minutos, jejejejejeje.
¿Y qué me quedé? Ummmmm.... El ego, o algo así, jejejejeje.

Es cierto aunque a mí me pasa poco, me tengo muy controlado, jejejejeje. Lo único que suele pegárseme son las expresiones de los demás, que me las quedo y la hago mías muy rápido.
Cuando quieras te lo digo, jejejeje, no problem. En cuanto a lo de que huela a mí... ummmm, pues no sé, en otro tiempo mi pueblo olía a espliego, porque había mucho, ahora últimamente ya casi ni hay.

Un besazo a la dos y gracias por venir a verme ;)

M. dijo...

Pues ya me dirás que libro es ése. Siento curiosidad :P
Me alegra que hayas vuelto tan reflexivo y "meditado". No sé por qué, pero siempre me han gustado esas actitudes. Por cierto, ¿cuál es tu pueblo? Quizás me vaya bien ir para reencontrarme a mí misma también :P

Oscuro dijo...

He de decir que soy una persona tremendamente reflexiva M. dedico mucho tiempo a pensar en quién soy y porqué soy así, por eso noto enseguida cuando algo va mal.
Si os portáis bien tal vez hable algún día de él, jejejejeje.
Y en cuanto termine el libro (que me queda muy poquito) haré una entrada sobre él.

Un besote M. estoy seguro que pronto te reencontrarás o no, jejejejeje. (pero tal vez al no hacerlo seas más feliz)

M. dijo...

Estoy de acuerdo contigo. Creo que a veces es mejor no reencontrarse tanto y es entonces cuando uno es enormemente feliz. Por cierto, sí, soy yo, la M. de siempre. Es que he cambiado de blog. Ahora me encontrarás en este perfil.
Un besito :)

Oscuro dijo...

Nunca se sabe dónde encuentra uno la felicidad, igual estás mejor ahora que antes, por eso lo de reencontrarse no siempre es apropiado, puede suponer un paso atrás.

Un besote M.