miércoles, 18 de julio de 2012

La cima del templo

Escribo ésta entrada desde lo alto de un templo de más de mil años de antigüedad. Sentado, frente a una estatua de buda de unos cuatro metros de altira, hay pocos sitios en la Tierra donde se perciba una mayor tranquilidad.

La verdad es que resulta sobrecogedor, estar aquí, un lugar que a penas ha cambiado en el último milenio. Con la excepción de la pequeña carretera de asfalto de un sólo carril que se puede apreciar en la distancia, el resto ha permanecido ajeno al paso del tiempo.

Es una auténtica maravilla, encontrarse a más de 20 metros de altura (calculo yo que será más o menos la altura de un quinto o sexto piso, pero me resulta difícil determinarlo exactamente) con el cantar de los pájaros como única compañía y una increíble vista de toda la llanura.

Para llegar aquí he tenido que recorrer muchos kilómetros en bicicleta, bastante de ellos por caminos de arena, en los que era sumamente difícil avanzar, pero sin duda ha merecido la pena. Poder escalar un templo más antiguo que la Catedral de Burgos, y que esté aquí sólo para mí, sin turistas que lo estropeen con su presencia, es una sensación, un sentimiento difícil de expresar con palabras.

Sin duda habrá cosas que olvide con el tiempo pero me cuesta creer que ésta sea una de ellas.

(Ésta entrada fue escrita en mi teléfono móvil el día 17 de junio de 2012)

2 comentarios:

CMQ dijo...

Envidia. De la verde. (Y no, no es nada sana).
Besote.

Oscuro dijo...

Venga venga, que no sea tan verde.

Otro besote para ti